Anécdotas personales

Mortuus noctis - Convivencia

Hace dos años y dos meses que radico en nuevo lugar, desde que llegue he realizado rituales a la luna en el techo de mi casa en días de luna llena, he puesto mis altares en mi jardín frontal, vestido mis ropas rituales y realizado mis ceremonias a la entrada de mi casa cada noche de muertos.

 

El primer año los niños encontraron mi estrella con mis cuarzos y velas en el techo y la gente de las viviendas cercanas fue a hablar conmigo asustado; mi primera noche de muertos la gente miraba desconcertada mi altar, preguntaba si había muerto alguien en ese lugar o por que ponía esas cosas, temían un poco el acercarse y solo me miraban a lo lejos como preparaba mis inciensos.

 

He tratado de responder con tranquilidad y sin detalles a quienes preguntan, continuo haciendo lo de siempre centrada en mis creencias y soriendole a los niños, tratando de emanar de mi esa paz y tranquilidad en el ambiente para que los padres se sientan mas cómodos con lo que ven.

 

Hoy la gente lo toma con mas naturalidad, este día de muertos que acaba de pasar los niños admiraban el altar y sonreían diciéndome que era hermoso. Podemos difundir las tradiciones wiccas y enseñar a las nuevas generaciones lo hermoso que es, esta en nuestras manos ser tolerantes, comprensivos y acertivos con cada situación para ganarnos ese lugar en la sociedad que siempre debimos tener y que por muchos años en el pasado nos fue negado.

Este es nuestro tiempo, este es nuestro momento, retomemos con mas fuerza que nunca nuestros orígenes wiccas y pogamos en alto a nuestra hermandad.

Crónicas de mis inicios Wicca

Parte I ¿Qué estoy buscando?

En la busqueda del camino y la identidad todos hemos tocado multiples puertas, nos hemos encontrado con diversos obstaculos y perdido de vista el punto al que queremos llegar. Les dejó en estas anecdotas lo que me toco recorrer a mi a grandes rasgos esperando les sirva en la situación en la que se encuentren actualmente.

La sensibilidad a las energías se trae desde que se nace.

Mi primer acercamiento con las energias: A los dos años comence a padecer de una enfermedad en los ojos (especialmente el ojo derecho), me revisaron multiples doctores generales, especialistas de la vista y la piel ninguno detecto la causa o la cura, el último diagnostico que recibi fue que perdería la vista. Mi madre en su desesperación acudió a un "templo" (aclaro, no religioso, sino espiritual, donde manejan el saneamiento por medio de las energías) donde le informaron que las energías negativas provenientes de la gente a nuestro al rededor recayeron en mi causandome esa enfermedad, le dieron indicaciones especificas (curaciones con hiervas a cierta hora, oraciones dirigidas a determinada persona y otras acciones que debía realizar a la casa para limpiar estas energias) a la semana ya estaba curada, quedó solo un pequeño enrojecimiento, rastro de la enfermedad que se quito con los pocos días.

El resto de los años siguientes fueron cosas similares, sueños referentes a la vida y la muerte que extrañamente podía controlar manipulándolos a voluntad tomando conciencia dentro del mismo sueño de que no era real (cosa que al consultarla con un medico resulto que no hay estudios confirmados de que esto sea posible, supuestamente al entrar en el sueño profundo no se tiene conciencia de que es un sueño y mucho menos se puede manipular). Ademas de los sueños sentía la tranquilidad a mi al rededor al estar cerca de la naturaleza y una gran paz interior al mirar la luna que me dejaba recostada sobre el piso del jardín durante varias horas por las noches.

El paso de los años aumentaron estas sensaciones, fui educada como católica, pero en algún punto en mi adolescencia esto no pareció suficiente guía espiritual para mi y comence a buscar de donde provenía todo aquello que desde siempre había sentido, cuando comienzas esta búsqueda no sabes lo que estas buscando, no es facil encontrar algo de lo que ni siquiera se tiene conciencia que existe. Las fuentes para una "niña" de 11 años vigilada casi en sus 24 horas por su innata rebeldía son limitadas; de mi padre encontre algunos libros de magia, los cuales me ocultó y jamas volví a saber de ellos, desconosco exactamente lo que tenían, del internet me tope con muchos charlatanes, decenas de conjuros para toda clase de deseos, amor, dinero, paz, éxito; ademas de multiples sugerencias de invocaciones a demonios, hechiceros, ángeles protectores y demas; extrañamente cada que encontraba información algo en mi interior me decía a que debía hacerle caso y a que no, es decir, que era real y que no; en ese entonces (y habló de que esto sucedió hace mas de 12 años, donde la difusión wicca en el internet no era tan grande) lo mas parecido que encontré fueron los demonios protectores de los cuatro puntos cardinales, a lo cual quise invocar a uno, pero cuando estaba haciendo los preparativos caí en cuenta que no era eso lo que buscaba y desistí.

Al no poder comprobar nada de lo que sentia los años siguientes traté de darle la menor importancia a todo esto, ignorarlo, desestimarlo, ocultarlo; pero ni el tiempo ni mis intentos por minimizar lo que pasaba fueron productivos, tarde o temprano terminaba topandome con alguna especie de energía, natural, no viva, proveniente de objetos, de acciones, de personas. En una ocasión llego a mi una ouija, la cual no fue comprada para mi, sino para mi hermano mayor que al no tomarle importancia abandonó y yo tome del escondite de mis padres para tratar de usarla, cosa que no tuvo éxito, pero cada detalle me acercaba de nuevo al mundo de las energías de una u otra manera.

 

El clímax del descontrol llegó de los 14 a los 18 años, de pronto todo comenzo a pasar en formas irrefutables, no solo podía sentir las energías, ahora podía verlas borrosamente, escucharlas susurrar a mis oídos, mi habitación se torno en un ambiente insoportable, demasiado pesado para quien entraba, casi como si hubiera un guardián evitando que alguien cruzara la puerta, no solo yo podía percibirlo, mis hermanos comenzaron a notar que no podía entrar a mi habitación, algo la mantenía cerrada, azotaban puetas, objetos, pasaban entre cuartos; lo que los demás percibian era apenas un leve detalle casi como yo lo veía en un inicio, pero para mi todo era diferente, la convivencia permanente con estas energías me llevo a acostumbrarme a convivir con ellas, ya no eran extrañas para mi, a la par de estos hechos y una vez informada mas profundamente de algunos rituales comencé a usar la ouija de nuevo, esta vez con resultados mucho mejores que la primera vez, a veces ella me predecía calificaciones, datos muy personales de gente que conocía o información sobre las energías que me rodeaban. Me sentí con la suficiente confianza de manejar lo que estaba pasando, pero era mucho mas grande que lo que yo podía hacer, quise hablar con las energías de frente, pero el miedo me invadió, quise ayudarlas, pero sus motivos eran demasiado fuertes y al final no pude.

Me tomo un par de años alejarme lo suficiente para que ya no me afectaran tanto, paso un evento, del que no dare detalle, pero fue el detonante, el inicio del final de esa etapa, despues de eso trate de cerrar mi mente, de nuevo comence a desestimar todo lo que pasaba y evitarlo siempre que podía, me aleje de todo cuanto podía representar una conexión. No hay mas ciego que el que no quiere ver, negarlo me ayudo a calmar en gran medida las cosas que se desataron pero la capacidad de sentir mas alla de lo que se ve seguia ahi.

 

Todos los altibajos tan intensos en mis experimentos e intentos por encontrar eso de lo que no tenía dato me sirvieron para darme la prudencia y la visión que me hacían falta y entonces, después de años de sentirme perdida en un mundo bombardeado por miles de cosas escritas por toda clase de personas comencé a tomar mi propio camino.